viernes, 9 de diciembre de 2011

RETRATO DE UNOS PIES INQUIETOS

La verdad es que poco hay que explicar acerca de las fotos, son imágenes de mis pies en dos sitios diferentes: el lecho de un río y un bosque de chopos ahora en otoño cuando se les cae la hoja.
Y los llamo retratos porque creo que un retrato no tiene por qué ser únicamente aquella imagen en que aparece el rostro del individuo (¿entonces qué pasa con los decapitados, no tienen derecho a tener retratos?), si no que puede extenderse a otras partes del cuerpo, como los pies... Los pies y el calzado también dicen mucho de una persona... si le gusta el campo o la ciudad, su profesión, de dónde viene y a dónde va, si tiene o no dinero... incluso va más allá, y el simple hecho de tener dos pies a los que "vestimos" con calzado, y sobre los que sostener el peso del cuerpo, nos diferencia significativamente del resto de animales (algo que con un retrato del rostro no podríamos afirmar tan rotundamente, pues en algunos especímenes humanos la diferencia del rostro con el del resto del mundo animal no es tan evidente).


Por tanto, he aquí un acérrimo defensor de los retratos de pies como apuesta de futuro para el mundo de la fotografía.

1 comentario:

  1. Un retrato no sólo tiene que reflejar el rostro. Yo suelo mirar los zapatos. Estoy contigo: dicen mucho de la persona. Me han gustado tus fotografías. Yo tengo un retrato de mis padres que son sus manos unidas. Le tengo mucho cariño a esa imagen.

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