Quería comentar aquí la existencia de museos que, sin contener obras de arte al uso como pueden ser cuadros o esculturas, si que contienen verdaderas joyas, como son los museos del vino. Estos lugares encierran tras sus muros y tras los objetos expuestos toda una milenaria forma de vida, única y especial, aunque suela pasar desapercibida.
Esta cultura la podemos encontrar, sin tener que irnos muy lejos, en la comarca de Requena-Utiel, una de las zonas más antiguas y con más tradición vitivinícola de la península, pues según recientes descubrimientos (yacimiento de las Pîlillas) ya en el s. V a.C. se elaboraba vino en esta región.
En la misma ciudad de Requena podemos encontrar varios elementos relacionados con el vino, como el Monumento Universal a la Vendimia (pues a diferencia de la mayoría de los pueblos, en Requena las fiestas "mayores" no se celebran en honor a ningún santo, si no en honor a una labor agrícola como es la recogida de la uva), la escuela de viticultura y enología, la estación enológica de investigación y un largo etc., donde podríamos situar los diversos museos destinados al tema del vino en particular, como son el Museo del Vino o el Museo de Sisternas.
El Museo del Vino se instaló en el Palacio del Cid, un palacio gótico del s. XV, y recoge toda la trayectoria del vino, pasando por la plantación, cultivo y recogida de la uva, hasta el tratamiento que sigue el vino hasta su embotellado, así como los diferentes tratamientos que han tenido estas etapas a lo largo de la historia; también podemos encontrar colecciones de vinos de toda España.
Museo del Vino
En el Museo de Sisternas, situado en medio del campo y rodeado de viñedos, podemos encontrar una exposición más centrada en la vida rural y en los aperos de cultivo de la vid de principios del siglo XX (aunque debido al retraso secular de este país, esta exposición sirve para reflejar el tipo de vida y cultivo predominante durante largo trecho de la historia, mucho más allá de comienzos de siglo, pues la modernización del campo no llegaría a este país ni a esta zona hasta demasiado tarde, los años 60 del s. XX), y también una visita a la bodega de la finca y una pequeña cata de sus vinos.
En definitiva, lo que quiero reflejar en esta entrada es la existencia de una cultura completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver por tierras valencianas, y completamente desconocida por la mayoría a pesar de estar tan cerca. Sé que así, leído, no llama mucho la atención, pero es que si uno no lo visita y lo ve, lo huele, lo toca y lo siente por sí mismo, no es capaz de apreciarlo de verdad, y hasta que no se visita no se llega a dar uno cuenta de lo que se estaba perdiendo...
Quizás estoy hablando en tono demasiado apasionado, quizás la nostalgia de mi tierra sea la que esté hablando por mi, pero de verdad siento que esta cultura es algo que se debe conocer, y no sólo a nivel de museos o de catas de vinos, si no también a nivel del campo, salirse de la ruta establecida para ver de primera mano todo el proceso, conocer a sus gentes...
Y aunque la labor del blog es informar sobre cosas que no conocemos (entre otras funciones), pongo un poco en entredicho la labor de estos medios de comunicación, pues te dan la información pero no la experiencia de la vivencia... Siempre he sido de los que ha pensado: "¡Que no te lo cuenten!"
Guicar, me parece fantástica esa pasión en tus líneas. Consigues transmitir lo mucho que has disfrutado e incitas al lector a acudir a estos lugares. Tomo nota de todo lo que cuentas. A ver si me puedo permitir el lujo de visitarlos.
ResponderEliminar