Hasta hace relativamente poco tiempo, la jornada de Sábado Santo era un día carente de desfiles procesionales, una jornada de reflexión antes del glorioso Domingo de Resurrección, en la que se celebra la Vigilia Pascual. Desde hace 25 años, la Cofradía del Stmº Cristo Yacente y Ntrª Srª de la Luz en su Soledad completa los últimos días de la Semana Santa en la ciudad, con su cortejo fúnebre.
En su origen, la cofradía fue fundada en la Capilla del Rosario, anexa a la Iglesia de Santo Domingo, con la pretensión de procesionar la imagen del Stmº Cristo Yacente (Diego de Ayala), el segundo Cristo en antigüedad de la Semana Santa, tras el de la Salud. Sin embargo, por circunstancias fruto de la restauración de dicha imagen (propiedad de la Comunidad Autónoma), en su primer año tuvieron que procesionar a una imagen de Cristo cedida desde una de las pedanías murcianas. Años más tarde, viéndose obligados a devolver la imagen de su titular (al que daban culto en la Iglesia de Santo Domingo) a la Iglesia-Museo de San Juan de Dios (Igualmente propiedad de la CARM y también sede de la Cofradía de la Salud) decidieron trasladarse allí, partiendo desde entonces su cortejo desde dicho templo. Igualmente se añadió a su desfile el paso de Ntrª Srª de la Luz en su Soledad, magnífica imagen mariana, anónima. Anteriormente acompañaron al Yacente otras imágenes marianas de forma provisional.
CRISTO YACENTE |
NTRª SRª DE LA LUZ EN SU SOLEDAD |
Siendo una cofradía de silencio, tiene bastantes puntos en común con el estilo tradicional. Sus cofrades son estantes, sus pasos llevan dos estantes por vara, el capuz es el genuino, lucen cíngulo (aunque los la túnica de estante no se diferencia de la de penitente).
El arreglo floral es fundamentalmente blanco, y en el paso de la Virgen de la Luz figura un ramillete de rosas blancas, una por cada estante y su cabo, tornándose roja aquella que representa a un estante fallecido en ese año.
El cortejo del Yacente es un desfile que merece ser contemplado en cualquier lugar de la ciudad, para lo que no son necesarios más de diez minutos, lo que permite acompañarlo en diversos puntos de su carrera. Merece especial atención su paso por el arco de Santo Domingo, pues es la única cofradía que lo atraviesa, y la segunda y última cofradía en pasar bajo uno de los pocos arcos que quedan en Murcia (junto al Rescate que pasa por el arco de San Juan, en el palacio del Conde Floridablanca).
*Una costumbre recuperada no hace mucho tiempo es la de atravesar el Palacio Episcopal con la procesión el primer año de un obispo. Sin embargo, con las dimensiones actuales de los pasos, muchas cofradías no pueden atravesar las puertas del palacio.
PASO POR PALACIO* |
Domingo de Resurrección
NTRº SEÑOR JESUCRISTO RESUCITADO |
Y al tercer día resucitó... y eso es lo que pregona a los cuatro vientos la Real y Muy Ilustre Archicofradía de Ntrº Señor Jesucristo Resucitado, que desde la Parroquia de Santa Eulalia procesiona su blanco cortejo, en el que participan las hermandades de San Miguel Arcángel (F. Liza), Cruz Triunfante (C. Cantos), Ntrº Señor Jesucristo Resucitado (Planes y G. Mengual), Las tres Marías y el Ángel del Señor (A. Labaña), Aparición de Jesús a Mª Magdalena (A. Labaña), Aparición a los discípulos de Emaús (A. Labaña), Aparición a Santo Tomás (Sánchez Araciel y H. Navarro), Aparición en el lago Tiberiades (A. Labaña), Ascensión del Señor (H. Navarro), San Juan Evangelista (Venancio Marco) y Virgen Gloriosa (S. Lozano), con sus respectivos pasos.
En su fundación la Archicofradía del Resucitado estuvo influenciada por ciertos aires lorquinos, aunque con el devenir del tiempo, su estética se ha acercado bastante al estilo tradicional, si bien tiene algunas diferencias notables. Así, observamos que las cabezas de todos los nazarenos no lucen el tradicional capuz, sino una especie de turbante hebreo, una de cuyas tiras es del color de la hermandad. Pero donde más se acusa una diferencia entre el estilo tradicional y el del Resucitado es en los penitentes de filas, en primer lugar, por no cubrir su cara, al tratarse de un día de gloria y no de pasión, y al mismo tiempo, por llevar capa, cuyo color varía igualmente según la hermandad a la que pertenece el penitente (prenda que, bajo mi humilde opinión, no es en absoluto necesaria en la primaveral mañana de la resurrección). Además, en sus manos no portan velas, ni llevan cruces sobre sus hombros, sino cetros.
Llama la atención en el cortejo la presencia del popular demonio, conducido por pequeños ángeles y atado con cadenas. Suele llamar la atención de los más pequeños, que se esconden a su paso. Además, las bandas de música suelen interpretar pasodobles y otros sones alegres, en lugar de marchas pasionarias, dada la festividad del día.
Tras la recogida de la procesión, la cofradía tiene el honor de oficiar el pregón de cierre de Semana Santa, que cada año se lee en la plaza de Santa Eulalia (Donde se encuentra el busto de Francisco Salzillo) frente a la imagen de la Virgen Gloriosa.
Al igual que en la mañana de Viernes Santo, la luz inunda el ambiente, y los pasos brillan con luz propia, iluminados cenitalmente. Personalmente recomiendo la contemplación de este cortejo procesional en plazas como la de Santa Eulalia (para los más madrugadores), Glorieta de España o especialmente la tradicional Plaza de las Flores.
Como curiosidad, cabe mencionar el paso de la Aparición en el lago Tiberiades, donde procesiona una barca real, donada para figurar en el paso y que fue cortada y adaptada a las dimensiones del mismo. Otro dato curioso, emotivo a mi gusto, es el niño que presenta la escena de la Ascensión. Según tengo entendido, se trata del fallecido hijo del cabo de andas.
En la mañana del Domingo de Resurrección comienza a respirarse el ambiente de las Fiestas de primavera, que comienzan tras el pregón de cierre. Con este acto se pone punto y final a la semana grande de la ciudad, y comienza la cuenta atrás para la siguiente Semana Santa.
En su fundación la Archicofradía del Resucitado estuvo influenciada por ciertos aires lorquinos, aunque con el devenir del tiempo, su estética se ha acercado bastante al estilo tradicional, si bien tiene algunas diferencias notables. Así, observamos que las cabezas de todos los nazarenos no lucen el tradicional capuz, sino una especie de turbante hebreo, una de cuyas tiras es del color de la hermandad. Pero donde más se acusa una diferencia entre el estilo tradicional y el del Resucitado es en los penitentes de filas, en primer lugar, por no cubrir su cara, al tratarse de un día de gloria y no de pasión, y al mismo tiempo, por llevar capa, cuyo color varía igualmente según la hermandad a la que pertenece el penitente (prenda que, bajo mi humilde opinión, no es en absoluto necesaria en la primaveral mañana de la resurrección). Además, en sus manos no portan velas, ni llevan cruces sobre sus hombros, sino cetros.
APARICIÓN A SANTO TOMÁS |
Llama la atención en el cortejo la presencia del popular demonio, conducido por pequeños ángeles y atado con cadenas. Suele llamar la atención de los más pequeños, que se esconden a su paso. Además, las bandas de música suelen interpretar pasodobles y otros sones alegres, en lugar de marchas pasionarias, dada la festividad del día.
Tras la recogida de la procesión, la cofradía tiene el honor de oficiar el pregón de cierre de Semana Santa, que cada año se lee en la plaza de Santa Eulalia (Donde se encuentra el busto de Francisco Salzillo) frente a la imagen de la Virgen Gloriosa.
Al igual que en la mañana de Viernes Santo, la luz inunda el ambiente, y los pasos brillan con luz propia, iluminados cenitalmente. Personalmente recomiendo la contemplación de este cortejo procesional en plazas como la de Santa Eulalia (para los más madrugadores), Glorieta de España o especialmente la tradicional Plaza de las Flores.
VIRGEN GLORIOSA |
En la mañana del Domingo de Resurrección comienza a respirarse el ambiente de las Fiestas de primavera, que comienzan tras el pregón de cierre. Con este acto se pone punto y final a la semana grande de la ciudad, y comienza la cuenta atrás para la siguiente Semana Santa.
Imágenes propias
Lo cierto es que es impresionante. Me gustaría ver sobre todo desfilar a la cofradía del Yacente. Todos vestidos de blanco y el silencio impregnándolo todo. Y el demonio... la fotografía es de impacto. El Domingo de Resurrección debe ser una fiesta de celebración y alegría. Me han entrado ganas de visitar Murcia durante la Semana Santa.
ResponderEliminarSi alguna vez se anima a visitar Murcia en su Semana Grande, aquí tiene a un guía a su servicio.
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