Algo tienen los fuegos artificiales que a todos emboban. En casi todas las ciudades del mundo, ante una gran celebración o acontecimiento y cada una en las medidas de sus posibilidades, lanzan al cielo nocturno estos surtidos de colores explosivos que congregan a la gente en calles, azoteas, ventanas y balcones. Esta capacidad de los fuegos de artificio sorprende si pensamos de modo frío lo que son realmente y lo fácil que sería sustituirlo por otros montajes más sofisticados y de carácter tecnológico. Sin embargo, algo tienen que ni a la mirada más fría dejan de poner cara de tonto cuando los mira.
Las imágenes son propias, tomadas desde la azotea o a pie de calle en Fallas.
La primera es impresionante. Sí, tiene algo de mágico que hace que sigan estando en momentos importantes y en celebraciones.
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