jueves, 22 de diciembre de 2011

Érase un hombre a una maceta pegado


El retrato que he decidido colgar para compartir con todos vosotros es el de este sujeto que tanto me llamó la atención yendo por uno de los innumerables pasillos de los Museos Vaticanos. Todas las esculturas que veía tenían elementos por los que se hacía más o menos difícil identificar a quien representaba, otras se reconocían al instante, pero luego, había una tercera categoría (de la que este simpático hombre es el máximo representante), la llamada “categoría del desconcierto”, en la que añadí esculturas en las que para nada fui capaz de relacionar lo representado con algo que no me provocara la risa. Seguramente tendría que rebautizar la sección como “categoría de la incultura”, porque un estas esculturas seguro que tienen un sentido...Pero hasta el momento, no he encontrado ninguno. Acepto ayuda.

1 comentario:

  1. Me ha parecido genial el título de tu entrada y cómo lo cuentas. Probablemente responda a algo y casi con seguridad debí estudiarlo, pero a estas horas soy incapaz de rebuscar en mi "palacio de la memoria". Palacete, más bien.

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