jueves, 22 de diciembre de 2011

EXPOSICIÓN DE LOS SUEÑOS DE UNA INFANCIA

Hoy quería recordar la mejor experiencia de una visita mía a un museo, y sin duda alguna una de las mejores experiencias de mi vida. Pasó hace ya casi un año, en la semana blanca que aproveché junto a algunos compañeros para viajar a Malta, un país pequeño y... curioso, muy curioso, pero que me cautivó desde el primer momento, desde el primer autobús al que subí...
Pero bueno, me estoy yendo del tema; lo que quería contar era mi experiencia en ese país, pero concretamente la visita que marcó mi viaje. Y esa visita fue, nada más y nada menos, que a la factoría Playmobil, la segunda más grande de Europa, y que además de fábrica tiene una zona expositiva-interactiva, situada en un castillo Playmobil a escala real (con guardianes Playmobil a escala real también) y donde están expuestos todos los modelos a la venta, que los niños y los niños grandes como yo pueden probar y disfrutar. Toda esta exposición está ambientada en escenarios Playmobil a escala real, como el castillo que envuelve el lugar, un circo o la mítica granja. Estar envuelto por estos escenarios fue ver culminado un sueño de la infancia, y aún recuerdo la ilusión con la que trepaba al granero o me revolcaba con los cerdos.
Además, este lugar tenía una tienda a la salida donde compré un juguete junto con un amigo, y un bar donde comer medio decentemente, porque estaba ubicado exactamente en un polígono a muchos kilómetros de distancia de la civilización, en la punta opuesta de la isla de donde nos alojábamos (fue un viaje largo, entretenido y bonito hasta que por fin llegamos allí). El viaje lo compartí con tres compañeros más, entre los que se encuentra el compañero Amen, en un día de descanso en nuestro viaje concienzudamente programado de visita a toda la isla, y a pesar de ser lo único no planificado, fue lo más inolvidable de toda la semana.












Yo creo que esta cara refleja perfectamente la ilusión que llevaba en el cuerpo

Si nos ponemos un poco quisquillosos, esto no es un museo en el sentido literal de la expresión, pero para mi fue una experiencia inolvidable que materializó los sueños de mi infancia en forma de juguete, en forma de obra de arte que abre la imaginación de aquellas mentes fácilmente ilusionables.

3 comentarios:

  1. Qué recuerdos... aunque sigo sin encontrar lógica a los cocodrilos de la granja, mira tú.

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  2. Los cocodrilos quizás sean las monturas del futuro, y los de dirigentes de Playmobil son como la chica de Neutrex, que vienen de allí para mejorarnos la vida

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  3. Muy bien escrita tu entrada. ¡Y por supuesto que vale como exposición! Hace unos años me fui con mi hijo a Eurodisney. Sinceramente, no sé quién de los dos disfrutó más. Me lo pasé genial y no me avergüenza reconocerlo. Por cierto, magnífica referencia a la chica de Neutrex.

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