domingo, 4 de diciembre de 2011

LUZ, FLOR, ORDEN


Con estas tres palabras podríamos resumir una Semana Santa tan rica como la de la ciudad de Cartagena, destacado núcleo cofrade cuya Semana Santa es vivida con un marcado carácter militar por sus vecinos. A diferencia de la capital murciana, donde abunda el número de cofradías, en Cartagena existen únicamente cuatro cofradías, y de una forma similar a como sucede en Lorca, se distribuyen los días de desfile, predominando dos de ellas entre las que se comenta cierta rivalidad (una sana rivalidad que no hace sino empujar a sus cofrades a mejorar sus desfiles). Por orden de procesión encontramos a las cofradías del Socorro, los Californios, los Marrajos y el Resucitado.

En el estilo cartagenero hay una cofradía que se aparta de la norma, y que destaca por su carácter austero. Su única procesión comienza a las 4 de la mañana del Viernes de Dolores, en solemne Vía-Crucis desde las inmediaciones de la catedral vieja (donde tienen su propia capilla), y descienden hasta la basílica de la patrona mientras amanece en la ciudad.

 Domingo de resurrección sale a las calles la Cofradía del Resucitado, que pone punto y final a la Semana Mayor de la ciudad. Curiosamente, esta cofradía cuenta con dos imágenes de Cristo Crucificado, pues no quedaron contentos con el primer grupo y encargaron una imagen exenta para sustituirlo, que se adaptase al estilo típico de la ciudad. Sin embargo, poco después del cambio comenzaron a procesionar ambos resucitados, uno bajo la advocación de Cristo Resucitado y otro como "Grupo de la Resurrección".

Pero sin duda la Semana Santa cartagenera tiene dos nombres propios: Marrajos y Californios. Estas dos cofradías se reparten el resto de días, curiosamente con un orden narrativo muy estricto, siguiendo entre ambas la cronología de la pasión, centrándose en sus titulares, el Prendimiento (Californios) y el Nazareno (Marrajos).

Las cofradías se dividen en agrupaciones, en torno a un paso. De estos, los más espectaculares son, evidentemente, aquellos que portan imágenes exentas, convirtiéndose en enormes altares repletos de bombillas y flores, donde incluso es difícil en algunas ocasiones encontrar la imagen.

De entre todas las procesiones me gustaría destacar el traslado de San Juan, San Pedro y Santiago que organiza cada Martes Santo la cofradía california. En ella, se puede ver muy claramente la influencia militar en el entorno cofrade, pues San Juan parte desde el antiguo Parque de Artillería, Santiago desde el antiguo Gobierno Militar y San Pedro desde el antiguo Arsenal. Uno de los aspectos clave de las procesiones es el orden y la marcialidad de los capirotes, que portan en sus manos verdaderas obras de arte (hachotes) y que caminan al unísono, siguiendo las órdenes del sudario. Destacamos a San Pedro como elemento singular de la noche, pues esta imagen, que se venera en el Arsenal, figura en nómina (esto es, está contratado y percibe un sueldo) con el nombre de Pedro Marina Cartagena. Cada año, Pedro Marina obtiene un permiso para salir del Arsenal para participar en la procesión, con la condición de que vuelva antes de las 12 de la noche del Miércoles Santo, pero la procesión de este día siempre se alarga y nunca llega a tiempo, siendo recibido por los más altos cargos y arrestado hasta el año siguiente.


Un elemento imprescindible en los tronos de Cartagena es la luz eléctrica, que se aporta en forma de baterías. Sin embargo, antes de su existencia, se encontraban distribuidos por el recorrido unos enchufes a los que se conectaban dos largos cables, y que cuando el primero llegaba a su límite, se conectaba el segundo en el siguiente enchufe y, mediante una palanca, cambiaba el circuito de fuente de alimentación, produciendo un breve instante de oscuridad.

Desgraciadamente mis conocimientos sobre el mundo cofrade cartagenero son bastante reducidos, pero no quería dejar de mostrar esta increíble muestra de fervor que se desata cada año en la ciudad portuaria.

(Imágenes obtenidas de cartagena.es)

2 comentarios:

  1. ¿Son reducidos? No me lo ha parecido. He aprendido muchísimo. He de contarle la historia de su Santo a mi hijo Pedro. Le encantará. Seguro que se le despertarán, como es habitual, decenas de preguntas... que luego no sabré o podré responder.

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    1. Otro detalle a resaltar es que, en uno de los retornos de Pedro Marina Cartagena al Arsenal, el gallo que le acompaña en el trono debía ir suelto, y al ver los acompañantes que el animal estaba a punto de caerse comenzaron a gritar "¡el gallo, el gallo!". La banda de música lo entendió como una petición y comenzaron a tocar la marcha así titulada, que se ha convertido en tradicional.

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