Sobre estas lineas podrá contemplar el lector el interior del claustro del Monasterio de Santa Clara la Real, de Murcia. Hasta hace no más de un año, era uno de los pocos lugares que me quedaban por visitar de la ciudad. Tuvo que ser en una visita con la ETSAV a mi ciudad la ocasión en la que por fin pude contemplar el interior del monasterio (en casa del herrero...). Un oasis de paz y meditación en el centro de esta ruidosa ciudad, que me sedujo desde el primer momento que lo contemplé. Desgraciadamente no pude estar en él, pues es un espacio reservado a las monjas, pero no pude evitar imaginarme en las calurosas tardes de verano bajo la sombra uno de sus árboles junto a la alberca, mientras una suave brisa entre las arcadas y el leve susurro del agua cayendo desde el caño harían olvidar a cualquiera que, fuera de esos muros, la ciudad se derrite.
Siglos de historia se esconden bajo las piedras del monasterio, hoy recuperados en parte gracias al museo que convive armoniosamente con la vida monástica de las claras.
La verdad es que esta imagen invita al recogimiento, al silencio y a la meditación. ¡Quién estuviera allí!
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