lunes, 24 de octubre de 2011

EL MUSEO SALZILLO

El museo salzillo fue creado en 1941 aunque la idea surge ya en el siglo XIX. En él, se combinan diferentes edificios, diferenciando claramente los tipos de obras que en su interior se albergan. Se trata de una exposición monográfica sobre un gran murciano que hizo mucho por su ciudad y por el arte. Sin embargo, he de exponer un punto negativo que, al ser el único que encuentro en el museo, prefiero comentar lo primero para centrarme después en la exposición. Desgraciadamente, en el museo no se pueden realizar fotografías, por lo que las imágenes que servidor les ofrezca lamentablemente no serán propias (salvo las exteriores), sino extraídas de internet.

La puerta de los Riquelme
PORTADA RIQUELME
Lo primero que llama la atención antes de entrar al museo es, precisamente, su entrada. Se trata de la fachada del desaparecido palacio de la familia Riquelme (relación con la cofradía y con el escultor) que fue demolido y cuya fachada permaneció desmontada y almacenada en un solar hasta que en los años 70 se decidió abrir la calle lateral y en ella realizar una ampliación del museo, colocando en ella la fachada del Palacio Riquelme. Personalmente lo considero todo un acierto, en primer lugar, por la recuperación de esta parte de Murcia que estaba desmontada y abandonada, y por otra parte, por la relación que existió entre Salzillo y la familia Riquelme.

Una vez atravesado el umbral de la puerta, comienza el recorrido por la exposición, que te eleva hasta lo alto del edificio para seguir un recorrido descendente, articulado en torno a tres vértices: El belén, los bocetos y los pasos procesionales. En el museo se combinan la línea recta del nuevo edificio con la curva del antiguo, la exposición en vitrinas con la contemplación in situ 

Sala de artes suntuarias

SALA ARTES SUNTUARIAS
Una vez desembarcas del ascensor, accedes a una antesala en que se explica la historia del museo y se muestran algunas instantáneas y carteles antiguos.Desde allí, se accede al corredor de acceso a la tribuna de la iglesia, sobre la girola de la misma, convertido en una sala de exposición circular. Desde los balcones abiertos se puede contemplar la iglesia y los pasos a vista de pájaro.

En esta sala se puede observar una gran cantidad de bordados y piezas de orfebrería, amén de otras muchas obras, cuya disposición es realmente innovadora, pues su colocación coincide con el balcón opuesto de su paso. Esto es, las túnicas y elementos de un paso se muestran en el espacio frente y en torno al balcón desde el que se puede contemplar dicho paso. Destacan las túnicas de Ntrº Padre Jesús y la Dolorosa. En los espacios entre los balcones se exponen otra serie de obras, principalmente pinturas, de otros pintores y escultores, y otros elementos relacionados con la cofradía.
SALA ARTES SUNTUARIAS

Un detalle ciertamente simpático de esta sala es la línea del tiempo que recorre el borde exterior (y que podemos ver en azul en la primera imagen de esta sección) en la que se marcan todos los hechos acaecidos desde la fundación de la cofradía, como son la creación de los pasos o la adquisición de nuevas obras.

Una vez terminas el giro completo en esta sala, accedes a otra sala intermedia en la que se muestran unas imágenes de obras desaparecidas del escultor, y un grupo de lienzos que retratan al imaginero. 

Sala de los bocetos

SALA BOCETOS
Desde ahí  se accede la segunda de las grandes salas del museo, la sala de bocetos, donde se muestra un gran número de pequeños boceto a escala, hechos en barro, de lo que serían las imágenes. Pese a parecer una sala secundaria, o que no tenga demasiada importancia, en ella se exponen pequeños tesoros de la imaginería religiosa. Además de poder observar estos bocetos, algunos de ellos mutilados, pero con un grado de detalle altísimo, podemos contemplar las herramientas del taller de un imaginero, así como seguir el proceso de realización de las obras.
EL TALLER DEL ESCULTOR Y VISTA SALA BOCETOS
Sala del belén

SALA BELÉN (SOBRE ELLA SALA BOCETOS)
SALA BELÉN
Bajo la sala de bocetos, se expone el magnífico belén que, siendo justos, debería llamarse "de los Riquelme". Este belén, de más de quinientas piezas, fue encargado por la familia Riquelme para ser expuesto en el vestíbulo de su palacio. Tras la última remodelación, el belén permanece expuesto de una forma más continua, en lugar de separado en varias vitrinas exentas, lo que mejora su percepción.

En un tamaño de aproximadamente veinte centímetros de altura, Salzillo da vida a la Natividad entre escenas costumbristas que no deben escapar a la mirada del espectador, como son los carniceros despellejando a un cabritillo o un perro intentando quitarle el pan a su dueño. 

Iglesia de Jesús

ORACIÓN EN EL HUERTO
Después de este descenso entre la vida y obra de Salzillo, acompañado por algunos autores y, por supuesto, la Cofradía de Jesús, llegamos al punto de unión más sólido entre la cofradía y el imaginero, la Iglesia de Jesús, donde se exponen los pasos procesionales (salvo la Verónica y San Juan, expuestos en una sala anterior). Esta última "sala", a diferencia de las salas anteriores, muestra las obras en su contexto, colocadas en sus capillas y sobre sus pasos procesionales. De la Iglesia, para no extender demasiado una entrada ya de por sí extensa, simplemente recordar las pinturas de Pablo Sístori, que en ningún momento de la visita comentan, siendo una verdadera pena pues son otra obra más expuesta en este lugar, y mencionar que este templo, propiedad de la cofradía, fue segregado de la Iglesia de San Andrés, junto a la que se levanta, lo cual fue objeto de numerosos pleitos y demandas.

Como decimos, en la Iglesia se exponen las imágenes de la Santa Cena, la Oración en el Huerto, el Prendimiento, los Azotes, la Caída, Ntrº Padre Jesús y la Dolorosa.

 NTRº PADRE JESÚS, PRENDIMIENTO Y SAN JUAN

La Santa Cena es el primero de los pasos, y en él hace gala de su pericia retratando a trece personas totalmente diferentes. Ningún apóstol es igual al de al lado, y cada uno expresa algo distinto en su cara. Se generan dos grupos dentro del paso: por un lado los apóstoles cercanos al Señor, y por otro, los más lejanos, que centran su atención en la figura de Judas, que muestra sus colores originales tras la última restauración. Es común la representación de Judas con el pelo rojo, asemejado a un cabrito o bizco, o todo junto, como vemos aquí. Además, su túnica es diferente y es el único que no tiene la tradicional camisa huertana bajo ella, como si Salzillo indicase que no era digno de vestirla.

La Oración en el Huerto es un paso en el que se distinguen dos grupos: de un lado, Cristo se abandona en los brazos del ángel que le reconforta, un ángel mitad hombre y mitad mujer, donde el escultor consigue recoger perfectamente su asexualidad. En el otro extremo del conjunto, las tres edades del hombre aparecen representadas en Juan, Santiago y Pedro, más concretamente en su sueño: el joven Juan duerme profundamente, el maduro Santiago duerme intranquilamente y el anciano Pedro, consciente de la situación, se mantiene en un estado de duerme-vela que se manifiesta en su mano, empuñando la espada.

LA CAIDA
Con esa misma espada amenaza en el Prendimiento a Malco. No nos detendremos demasiado en este paso pues ya fue comentado en una entrada anterior.

Con los Azotes, Salzillo muestra las dos realidades de la masacre: la crueldad, manifestada en los sayones, y la mansedumbre de Cristo, que no opone la menor resistencia. La piel de Cristo es extremadamente blanca, potenciando así su divinidad.

La Caída es un paso que, en contra de lo común, tiene un único lado bueno. En ella destaca el detalle de la espina que atraviesa la ceja del Mesías, y el hecho de, pese a ser una imagen con peluca de pelo natural, tiene pelo tallado bajo la misma (aunque no muy abundante).

La Verónica es un paso que se resuelve solo gracias su paño. Ya que la parte delantera del cuerpo iba a estar oculta tras el paño, Salzillo se centra en la parte trasera, con unos grandes pliegues en sus ropajes y la cinta que cuelga desde su pelo.

Como dijimos anteriormente, Ntrº Padre Jesús no es obra de Salzillo, y está atribuido a Aguilera y Melchor de Medina. Es una talla con cierto halo de misterio.

San Juan es una de las obras más famosas del imaginero murciano, copiado hasta la saciedad. Su mano derecha recoge unos enormes pliegues en su túnica que, pese a su tamaño, no aparentan pesadez, mientras su mano izquierda señala el camino.

Finalmente la Dolorosa se expone frente a la puerta de la iglesia, acompañada por dos de sus angelotes, pues los otros dos se encuentran en la sala de artes suntuarias. Finalizada la visita a la iglesia, el visitante abandona el museo por la primitiva puerta del mismo.

AZOTES, SANTA CENA Y DOLOROSA

A lo largo de todo el edificio antiguo hay aberturas que obligan al espectador a contemplar el exterior, como es el caso de las cubiertas de las iglesias de Jesús y San Andres, o el interior, mostrando fragmentos de la exposición para anticiparle al visitante lo que va a contemplar, lo cual genera unos juegos de visuales más que interesantes.

Imágenes extraÍdas de:
Regmurcia.com, elartesanodelaimagen.blogspot.com
laopiniondemurcia.es, carm.es
Salvo primera imagen (propia).

1 comentario:

  1. Magnífica y cuidadosa entrada dedicada al museo de este gran artista. Reconozco que lo que más me fascina son los bocetos y el belén. Lo sé, los pasos son de gran calidad y, en algunos de ellos, alcanza un carácter dramático extraordinario, pero prefiero a ese Salzillo que algunos calificarían de menor. Para nada lo es.

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